Arquitectura Brutalista, el arte del hormigón
El brutalismo, distinguido del funcionalismo, es un estilo arquitectónico que emergió como parte del Movimiento Moderno, buscando romper con las convenciones arquitectónicas tradicionales mediante la eliminación de ornamentaciones superfluas y redefiniendo la estética. Originado en la década de 1950 y predominante hasta los años 70, el brutalismo se inspiró en las obras y filosofías de Le Corbusier y Ludwig Mies van der Rohe, quienes promovieron un enfoque que enfatizaba la honestidad de los materiales y las formas estructurales.
Sin embargo, el brutalismo no surgió únicamente como una respuesta a las nuevas tendencias arquitectónicas de la época, sino también como resultado de significativos cambios sociales y políticos desencadenados en gran medida por la Segunda Guerra Mundial. Estos cambios, que afectaron profundamente a la sociedad, encontraron en el brutalismo una expresión arquitectónica que reflejaba la necesidad de funcionalidad, austeridad y un enfoque comunitario en el diseño de espacios públicos y privados.
¿De dónde viene el nombre del brutalismo?
El término 'brutalismo' proviene del francés ‘béton brut’, que significa ‘hormigón crudo’, una frase acuñada por Le Corbusier para describir su material de construcción preferido. Más adelante, el crítico de arquitectura británico Reyner Banham adoptó y anglicizó este término a 'brutalism'. Este estilo se caracteriza por la ausencia casi total de decoración, la prominencia de estructuras masivas y la exhibición explícita del hormigón en las fachadas, elementos que reflejan la ética de honestidad material y expresividad estructural del movimiento.
¿Qué hace distinto al brutalismo?
La principal innovación del brutalismo frente a otros estilos arquitectónicos radica en la exposición deliberada de elementos funcionales que tradicionalmente permanecían ocultos. Tuberías de agua, conductos de ventilación y cableado eléctrico son visibles en las fachadas, manifestando una estética que valora la honestidad estructural y funcional sobre los adornos convencionales. Esta característica no solo define su estética, sino que también refuerza la filosofía de funcionalismo práctico del brutalismo, que desafía las normas arquitectónicas tradicionales y promueve una forma de diseño más 'veraz' y sin pretensiones.
Presencia y el impacto visual del brutalismo en la actualidad
Hoy en día, los edificios brutalistas siguen marcando el paisaje urbano de numerosas ciudades alrededor del mundo, desde teatros y bibliotecas hasta universidades y complejos residenciales. Caracterizados por su distintivo color grisáceo y su robustez, estos edificios no solo son testimonios de una era de experimentación arquitectónica, sino que también continúan generando debate entre la conservación y la renovación. A pesar de las críticas por su apariencia a veces percibida como austera o incluso opresiva, muchos defienden su valor histórico y cultural, abogando por su preservación como iconos de una filosofía arquitectónica que desafiaba lo establecido.
La arquitectura brutalista en España
En España podemos encontrar varios ejemplos de la arquitectura brutalista, entre los que destacan:
Edificio Torres Blancas, Madrid
Uno de los ejemplos más emblemáticos del brutalismo en España es el Edificio Torres Blancas en Madrid, diseñado por el arquitecto Francisco Javier Sáenz de Oiza. Este edificio es famoso por su estructura de hormigón visto y su forma orgánica que simula un tronco de árbol, desafiando las convencionales formas rectilíneas de la arquitectura de su tiempo.
Walden 7, Sant Just Desvern, Barcelona
Otro hito del brutalismo en España es Walden 7, ubicado en Sant Just Desvern, Barcelona, diseñado por Ricardo Bofill. Este complejo residencial se destaca por sus vibrantes colores y sus formas geométricas complejas, que encapsulan la visión utópica de Bofill para la vivienda comunitaria.
Facultad de Ciencias de la Información, Universidad Complutense, Madrid
En el campus de la Universidad Complutense de Madrid se encuentra la Facultad de Ciencias de la Información, otro ejemplo destacado del brutalismo. Diseñado por los arquitectos Ramón Vázquez Molezún y José Antonio Corrales, el edificio presenta una robusta estructura de hormigón que es característica del estilo brutalista.
Biblioteca de la Universidad de Sevilla
La Biblioteca de la Universidad de Sevilla es un ejemplo de cómo el brutalismo también se ha manifestado en infraestructuras educativas en España. Con su marcada estructura de hormigón y un diseño que prioriza la funcionalidad, esta biblioteca es un ícono del estilo en el sur de España.
El brutalismo, con su enfoque implacable en la funcionalidad y la forma honesta, ha dejado una huella indeleble en el paisaje arquitectónico mundial. Aunque a menudo dividido entre sus críticos y defensores, el legado del brutalismo sigue siendo objeto de estudio y admiración. Estos edificios no solo reflejan una época de experimentación radical y expresión audaz, sino que también continúan desafiando nuestras percepciones sobre la belleza y la utilidad en la arquitectura. Al explorar el brutalismo, no solo descubrimos más sobre un periodo fascinante de la historia arquitectónica, sino que también aprendemos sobre las posibilidades infinitas de la construcción y el diseño arquitectónico.
Fuentes: "El Brutalismo: Historia y Claves Estilísticas" de Arquitectura Pura, Los Edificios Brutalistas Más Emblemáticos de España" de España Fascinante